Buenas noches, en esta velada estamos
reunidos aquí para protestar contra la explotación que sufren los
animales. En este recinto en cuyas puertas nos encontramos y a estas
horas, en las que los animales, muchos de ellos debían dormir, se
están haciendo exhibiciones, se les cambia bio-ritmos, sólo por la
diversión de unos pocos.
También es una velada, en la que
rendimos homenaje a todos esos animales no humanos caídos en tantos
zoos, donde para ocultar su sufrimiento, su muerte se contabiliza por
kilogramos, no por nombre, por individuo o por especie, pasa a ser un
trozo de carne. Así le ha sucedido a muchos animales a los que
llevamos en el corazón, en este zoo tenemos el caso del panda
chuling, que ha sido y es símbolo de esta institución de la que
nunca salió. Recordamos a la elefanta Sammy, a pesar de ver que la
paquiderma fallecida presentaba evidentes signos de maltrato, de
daños psicológicos, por las estereotipias que presentaba ha sido
sustituida por una familia de elefantes de Sumatra.
Rendimos homenaje a tantos y tantos
animales retirados en carcasas y bolsas, en ese momento pasan a ser
un peso, no un ser, un nombre, un animal, dejan de tener su atención,
por no ser rentables.
Hoy velamos para recordar a todos esos
animales muertos en esta institución penitenciaria, donde se les
encierra para que pasemos animales humanos a verles, tal vez un
segundo, tal vez una mirada es todo el cariño que reciben por parte
de quienes financian sus lagrimas, su tristeza, su dolor, su
cautividad y todo por haber nacido no humanos.
Cuando instituciones como esta hablan
de recuperación, de educación lo que quieren hablar es de
cautividad, de tristeza, de pena, de no suelta, de no talleres de
respeto al medio ambiente ni a los animales.
Hablan de tenerlos cautivos bajo
llave, bajo condena, tras un cristal, o una reja.
Hablan de selección genética entre
miembros de una misma familia.
Hablan de el daño que provoca en su
hábitat tenerlos aquí.
No hablan de recuperación de hábitats
para su suelta.
No hablan del daño que se les provoca
para entrenarlos, el daño psicológico que les provoca ver morir a
su familia al ser capturados.
No hablan de la tristeza de estar
encerrados de por vida.
Recordamos tantos animales no humanos
fallecidos anualmente en esta cárcel, pero también recordamos a
otros como Arturo, Tilikun, Copito de nieve,...tantos y tantos
animales no humanos cuya único crimen es la mirada de sus
carceleros, los humanos.
Por ellos, y por todos los que aún viven su condena pedimos tu reflexión que sus lagrimas no sean tu diversión.
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