Comunicación a los menores.

¿Cuántas veces hemos oído a un adulto chillar a un niño que chilla? ¿Cuántas veces hemos oído a un adulto "si te pega pega"?... Es terrible la comunicación que estamos teniendo con nuestros hijos. Perdonar los que se sientan atacados, pero es así. ¿Cómo puede ser que nos saquen de quicio nuestros hijos y les peguemos un grito? Porqué no nos ponemos a su lado y les decimos cómo nos sentimos. Me resulta más fácil y me sentiré mejor si alguien me dice suavemente, "me duele la cabeza, ¿te importa hablar más bajo?" que si me grita, que si me amenaza y mucho mejor que si me pega.


Encuentro que la comunicación está fallando, perdemos la paciencia muy a menudo y nuestra solución es ejercer la violencia sobre el que puede menos. Desde luego es algo que me produce pavor, porque ése niño lo que aprende es a que si se siente mal, tiene que buscar una victima de sus gritos, una víctima de una violencia a la hora de hablar y actuar, para así descargar su frustración. Considero que es más fácil enseñar a manejar esa sensación que atender a todos esos que son más débiles y que van a ejercer esa violencia sobre algún otro.


Hace tiempo que ley un libro, muy corto, de Comunicación no violenta. Merece la pena buscarlo y leerlo, pues da una serie de claves que si lo sigues te puede aportar principios que sirven para descolocar a las personas porque en ningún momento violentas y además logras lo perseguido. Aceptar cómo nos sentimos, cómo podemos hacer sentirse a los demás es algo que nos ayudará a lograr metas.

Aceptar que no tenemos porqué ser violentos aunque lo somos; decidir si quiero que nuestros hijos reciban esa violencia cómo educación para comunicarse. Pensar cómo queremos que nuestro menores sean responsables  de lo que dicen, de lo que hacen y cómo pueden dañar a otros sin quererlo sólo porque quieran decir cómo se sienten.

A lo largo del día hay miles de formas de violencia que no controlamos, si podemos controlar una hagámoslo, para que nuestros menores, hijos, alumnos no reciban más violencia y menos de los que les aprecian.

Un saludo.