A veces se habla de la carencia de esta virtud entre los jóvenes, entre los que ya dejo de incluirme, por razones de edad física. Pero es que estamos aprendiendo que si quiero algo, lo quiero ya y que esperar es innecesario. Por suerte no es así, esperar es un ejercicio que se aprende con el tiempo. Cuando decides esperar tienes dos opciones, una desesperar o la segunda, tener paciencia.
Cuando desesperas, te empiezas a sentir mal, empiezas a dar vueltas a que tienes más cosas que hacer, que importante es tu tiempo,... y es cierto, podrías hacer más cosas, una de ellas es la segunda opción, ten paciencia, disfruta de cada tiempo y de que puedes estar parado que puedes pensar en tus cosas.
Paciencia significa no sólo esperar, no sólo tener ese momento en el que decides no enfadarte. Paciencia significa tener la actitud y la aptitud para sonreír en ese momento difícil. A mi me cuesta tenerla, pero si que tengo la actitud de sonreír en esos momentos, tener la tranquilidad de poder disfrutar de ese momento de quietud.
Cuando sucede algo, eso no es bueno ni malo, sólo es un segundo en el que tardamos en decidir enfadarnos o ser pacientes. Nada es dañino hacia nosotros, es algo que sucede sin más, aprendamos que podemos ver en ello algo neutro, sólo ha sucedido. En caso de que sintamos que nos daña, pensemos el porqué algo natural creemos que va en contra nuestra. A lo mejor eso no tiene intención o la persona que lo ejecuta no pensaba en hacer ese daño, sólo ha hecho como pensaba que debía. Y si sientes la necesidad de cambiarlo demuestra tu paciencia y hazlo de forma educada y pacifica, las cosas cambian mejor si lo haces así.
Enseñemos a ser pacientes a tener la educación de esperar en un momento de quietud y de disfrutar de ese momento, pues cuando lleguemos al objetivo podremos estar lo suficientemente tranquilo para seguir disfrutando del objetivo logrado. Seamos y enseñemos a ser pacientes.
Un saludo
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