martes, 29 de julio de 2014

Parábola del erizo

Hoy he encontrado esta parábola y quería compartirla con vosotros:


El Dilema del Erizo (parábola). (Fotos de Erizo bebe)
Durante la era glacial, muchos animales morían por causa del frío.
Los erizos, percibiendo la situación, resolvieron juntarse en grupos, así se abrigaban y se protegían mutuamente, mas las espinas de cada uno herían a los compañeros más próximos, justamente los que ofrecían más calor.
Por eso decidieron alejarse unos de otros y comenzaron de nuevo a morir congelados.
Entonces precisaron hacer una elección: o desaparecían de la Tierra o aceptaban las espinas de los compañeros.

Con sabiduría, decidieron volver a estar juntos.
Aprendieron así a convivir con las pequeñas heridas que la relación con un semejante muy próximo puede causar, ya que lo más importante era el calor del otro y así lograron sobrevivir.
Moraleja de la historia
La mejor relación no es aquella que une personas perfectas, sino aquella donde cada uno aprende a convivir con los defectos del otro, y admirar sus cualidades.

Estos meses he hablado con personas más mayores, y me han dicho que ellos vivieron otra época, en la que se hablaban las cosas, ahora mismo si alguien no te cae bien, le ignoras, le das la espalda, a y le borras del facebook y redes sociales. Aprendamos a convivir, enseñemos a convivir. Cada vez más tenemos menos capacidad para reparar las relaciones, para tratar de hablar las cosas, para luchar por lo que queremos, sin embargo queremos los beneficios sociales. 

Hay miles de ejemplos que tenemos durante los últimos años sobre el problema social más fuerte y es que no respetamos al que tenemos al lado. Tenemos una cultura de obsolescencia de relaciones, cuando deja de ser útil la desechamos, nos olvidamos de esa persona. Así tendemos a hacer y así tenderán a hacer a aquellos a los que enseñamos.

Seamos seres sociales y seamos leales a lo que pensamos, vivamos y convivamos con las pequeñas heridas que provoca el vivir en sociedad, pues el Ser Humanos es un ser social y sociable, hasta que se enseña a ser lo contrario. Además de que esas pequeñas heridas sanan y valoramos a quienes nos las han hecho pues están aprendiendo a su manera, nosotros también provocamos heridas aunque pensemos lo contrario o creamos que no. Aprendamos a cuidarnos igual que hacen los erizos, que tienen sus puas de defensa pero ya no se dañan entre ellos.

Seamos sociables, aprendamos a reparar los problemas sociales y no desechemos las relaciones.

Un saludo

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